Tras una serie de exitosas funciones en el pueblo de Sunchales, el circo Rivero Hermanos inició los preparativos para seguir con su gira por la región. Era el 31 de diciembre de 1932 y debián llegar lo antes posible a la vecina localidad de Casablanca. Grande fue la sorpresa de toda la comunidad cirquense cuando el domador Ulrico Rivero se percató de que la leona "Nelly" no se encontraba en su jaula. Nacida en el Africa indomable, la leona decidió poner fin a sus años de cautiverio y dar un paseo por la localidad.
Secundado por sus hermanos, el domador Rivero emprendió la desesperada búsqueda del animal, temiendo ocurriese lo peor. Durante las horas de la siesta el movimiento de personas en el pueblo era reducido. El inmutable silencio se vió interrumpido por el estrepitoso sonido de un disparo. Un vecino de la localidad, anonadado por la presencia del animal frente al tejido de su hogar, decidió tomar su escopeta y dispararle. El proyectil dió en el blanco, perforando los pulmones de la leona, y ocasionándole una muerte casi instantánea.
Después de algunas indagaciones, la policía y los hermanos Rivero llegaron a la conclusión de que la puerta de la jaula había sido abierta por un peón, descontento con la compañía por haberlo despedido esa mañana.
Era el fin de un largo viaje que había llevado a "Nelly" desde su entrañable Africa natal hasta la incipiente pampa gringa. Pagó el mas alto de los costos por su libertad, y demostró que entre el instinto de preservación y el de emancipación la balanza no siempre se inclina en favor del primero. La anécdota trascendió en el pueblo durante los años siguientes, hasta perderse en la inmensidad de nuestro acervo folklórico. Sea este artículo la recuperación de este relato para las nuevas generaciones.
Artículo publicado en el diario santafesino El Orden. Hacer clic sobre la imagen para verlo en pantalla completa:
Fuente: El Orden, 31 de diciembre de 1932, en: Hemeroteca Digital Fray Francisco de Paula Castañeda, http://www.hemerotecadigital.com.ar
